RIHU
TÉCNICA RINCÓN – HURTADO
NOTA TÉCNICA:
Cómo Manejamos las Fracturas de las Espinas Tibiales en el Hospital de San José
Autores: Dr. Gustavo A. Rincón Plata 1, Dr. Edgar Muñoz Vargas 2, Dr. Jorge Hurtado Fernández 3
SEGUNDA PARTE
TÉCNICA QUIRÚRGICA RIHU
El procedimiento comienza con una artroscopia diagnóstica estándar para descartar que tengamos cualquier otra patología articular. Una vez confirmado nuestro diagnóstico se procede a desplazar el fragmento óseo, de tal manera que nos permita realizar un desbridamiento adecuado del lecho de fractura de la espina tibial, el desbridamiento con shaver nos permite retirar cualquier coágulo de sangre o tejido fibroso que se interponga, para realizar nuestra adecuada reducción (Figs. 2 y 3). Los tejidos blandos como el cuerno anterior del menisco externo o el ligamento intermeniscal, también pueden impedir la reducción y es posible que requieran ser manipulados para reducir el fragmento óseo.
Aparte de los portales anteriores convencionales anterolateral y anteromedial, realizamos un portal adicional a través del tendón patelar (Transpatelar), que nos permite una visión directa y mejor manipulación del fragmento. Una vez realizada la reducción de la fractura, la mantenemos con la ayuda del gancho explorador. Utilizando una guía en “C” tipo Acufex para el Ligamento Cruzado Anterior (Smith & Nephew, Inc. 150 Minuteman Road, Andover, MA 01810) (Fig.4), la posicionamos sobre el fragmento óseo de la espina tibial y realizamos dos perforaciones con un Pin desde las caras anteromedial y anterolateral de la tibia proximal, atravesando el lecho de fractura y nuestro fragmento óseo; de modo que la salida a nivel articular sea a cada lado de la base del LCA (Figs. 5 y 6).
figura 5: A través de la guía y con un pin realizamos la perforación del túnel óseo.
Luego se realizan dos tuneles óseos con broca canulada de 4.5 mm, perforando sólo hasta el lecho de fractura y no al fragmento óseo (Fig. 7).
Figura 7: Luego con una broca canulada de 4.5 mm perforamos el túnel solo hasta el foco de fractura.
Con la ayuda de una cánula curva de 2.7 mm de 45° (Acupass – Smith & Nephew, Inc. 150 Minuteman Road, Andover, MA 01810) pasamos un alambre guía que nos sirve de asa de lado a lado a través del extremo distal del LCA (Figs. 8 y 9).
Con ayuda de una Pinza recuperadora recuperamos esta asa del Acupass por el portal contralateral e introducimos una sutura no absorbible tipo Ultrabraid (Smith & Nephew, Inc. 150 Minuteman Road, Andover, MA 01810) por el asa, que al traccionar queda sobre la base del LCA (Figs. 10, 11 y 12).
Figura 12: Paso de la sutura ultrabraid y aseguramos cada cabo de la misma.
Los extremos (cabos) de las suturas son recuperadas a través de nuestros túneles óseos con la ayuda de un retractor tipo Hewson (Smith & Nephew, Inc. 150 Minuteman Road, Andover, MA 01810) (Fig. 13), el mismo que va a atravesar el fragmento óseo a través de la perforación realizada con el pin, quedando la sutura de esta manera a través de la fractura (Figs. 14 a 17). Repetimos el mismo procedimiento para tener dos suturas en cada tunel o las que sean necesarias en el caso que la fractura sea conminuta.
Figura 13: Con la ayuda de un retractor de Hewson recuperamos las suturas a través de los túneles.
Figura 14: Paso del Ultrabraid y recuperación de la misma con ayuda del retractor de Hewson.
Figura 15: Introducimos el retractor de Hewson por los túneles óseos y recuperamos las suturas.
Figura 16: Introducimos el retractor de Hewson a través de la perforación del fragmento de la espina tibial y recuperamos la sutura distalmente.
Figura 17: Traccionamos el retractor de Hewson y recuperamos la sutura por fuera del túnel óseo.
Figura 18: Se comprueba el adecuado paso de ambas suturas a nivel del fragmento de espina tibial.
Bajo visualización artroscópica verificamos el adecuado paso de ambas suturas a través del fragmento óseo de espina tibial a ambos lados de la misma (Fig. 18).
Figura 19: Se realiza la tracción de ambas suturas reduciendo la fractura.
Realizamos la tracción de las mismas reduciendo de esta manera la fractura (Fig. 19) y confirmamos mediante visualización artroscópica la adecuada reducción de la fractura (Fig. 20).
Figura 20: Se evalúa la adecuada reducción de la fractura y la tensión del LCA.
A través de la incisión anteromedial recuperamos ambas suturas (Fig. 21), con la rodilla en extensión y manteniendo la tracción de las suturas procedemos a realizar la fijación de las mismas.
Figura 21: Recuperamos las suturas por la incisión anteromedial.
Con el punzón del sistema de anclaje Foot Print de 4.5 mm (Smith & Nephew, Inc. 150 Minuteman Road, Andover, MA 01810) realizamos una perforación sobre el aspecto anteromedial de la tibia (Fig. 22).
Figura 22: Con el punzón del Foot Print realizamos la perforación en la cara anteromedial de la Tibia.
Figura 23: Pasamos ambas suturas Ultrabraid a través del anclaje Foot Print de 4.5 mm.
Realizamos el paso de ambas suturas por el ojal del anclaje (Fig. 23), y manteniendo la tracción de las suturas procedemos a realizar la fijación de las mismas colocando el anclaje Foot Print (Figs. 24 a 26). Comprobamos la adecuada estabilidad del anclaje, cortamos los extremos de las suturas y procedemos
al cierre de las incisiones y portales (Fig. 27).
Figura 24: Traccionamos las suturas a través del anclaje.
Figura 25: Colocamos el anclaje en el orificio realizado con el punzón.
Figura 26: Manteniendo la tracción de las suturas se realiza la fijación del anclaje
Figura 27: Comprobamos la estabilidad del anclaje y cortamos las suturas.
Figura 28: Materiales utilizados: 1. Acupass, 2. Retractor tipo Hewson, 3. Punzón,
4. Sistema de anclaje Foot Print, 5. Broca canulada de 4.5 mm, 6. Sutura tipo Ultrabraid y 7. Guia Acufex para LCA.
Se inmoviliza con un vendaje bultoso para el postoperatorio inmediato y la rehabilitación la iniciamos el mismo día del procedimiento teniendo en cuenta que la fijaciónes muy estable. Permitimos isométricos del cuadriceps, deambulación con dos muletas y descarga de peso según dolor. Retiramos la inmovilización al tercer día postoperatorio permitiendo recuperar los arcos de movilidad de la rodilla rápidamente; de esta manera existirá muy poca atrofia muscular.
CONCLUSIÓN
La presente nota técnica es una muestra de cómo estamos manejando las fracturas de las espinas tibiales en el hospital de San José, dando a conocer los pasos de nuestra técnica quirúrgica denominada RIHU, la cual es cómoda y reproducible. Mediante esta técnica estamos obteniendo buenos y excelentes resultados, logrando una rápida rehabilitación y reincorporación a la actividad laboral y/o deportiva.
En la actualidad contamos con un número considerable de pacientes a los cuales les estamos realizando un seguimiento en el tiempo, para en un futuro publicar nuestros resultados.
TÉCNICA RIHU
Publicación autorizada en este site por:
Dr. Gustavo A. Rincón Plata, Dr. Edgar Muñoz Vargas, Dr. Jorge Hurtado Fernández.