Síndrome de Burnout en enfermeros actuantes en UCI: revisión bibliográfica.

Autor: © Licenciada en Enfermeria Natalia Hegre G.

 (© 2015 – Prontuarioweb)

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Introducción.

El síndrome de burnout recibe varias denominaciones, sensación de estar acabado o síndrome de agotamiento profesional; es definida como un cuadro o conjunto sintomático en respuesta a estresores emocionales e interpersonales crónicos presentes en el trabajo, manifestada por actitudes y sentimientos negativos hacia los compañeros y hasta con la misma función como profesional, así como por el sentimiento de encontrarse emocionalmente agotado o quemado llevando a la deshumanización. El trabajador pierde el sentido de su relación con el trabajo, se desinteresa y cualquier esfuerzo le parece inútil. Compuesta por tres elementos centrales: cansancio emocional, despersonalización y disminución del envolvimiento con el trabajo.^1-2

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 30% de la población trabajadora padece algún tipo de trastorno mental menor o no orgánico (síndrome de burnout, estrés pos-traumático, entre otros) y considera a la depresión como la principal causa. En Brasil, a partir de 1999 el síndrome de burnout pasó a figurar como una enfermedad ocupacional y, en 2001, el Ministerio de Salud (MS) lo incluyó en la relación de enfermedades ocupacionales clasificándolo como un trastorno mental y del comportamiento relacionado al trabajo: CID-10 código Z73. ¹

De acuerdo con el Ministerio de Salud de Brasil la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) es un local de gran complejidad y tecnología, de espacio laboral destinado al atendimiento de pacientes críticos que exigen asistencia médica y de enfermería constante, así como de equipos y recursos humanos especializados con competencia técnica-científica. ³ El trabajo en este escenario es estresante,⁴ restricto, aislado, de sufrimiento, incertezas, muertes precoces, entre otros aspectos, por tanto, es considerado una de las áreas más agresivas, tensas y traumatizantes del hospital. ⁵

En España, el estudio “Barómetro del estrés en la enfermería” indica que 96% de los enfermeros a experimentado estrés en algún momento en su lugar de trabajo, siendo la tensión muscular, palpitaciones, dolores de espalda y cambios del estado de ánimo los síntomas más comunes padecidos por los profesionales. ⁶ En Brasil, 57.7% de los enfermeros intensivistas consideran la UCI un local estresante y 23.8% presenta estrés.⁷ Los factores predisponentes al estrés son sobrecarga de trabajo, conflicto de funciones, desvalorización, condiciones de trabajo,⁸ ambiente físico, sufrimiento de los clientes y vínculo con el mismo y su familia.⁵ Otros aspectos considerados como generadores de desgaste emocional son la alta permanencia de los pacientes, pronósticos reservados, múltiples patologías de base y la alta tasa de mortalidad. ⁹

Debido a las características arriba citadas, se observó prevalencia de 28.4% de depresión en los enfermeros intensivistas con manifestación de actitudes de desánimo, tristeza y desesperanza.¹⁰ Es importante resaltar que los enfermeros representan el mayor número entre los profesionales hospitalares y son los que conviven con una carga grande de desgaste físico, emocional¹¹ e intelectual que no es adecuadamente recompensado ni recuperado por circunstancias institucionales, profesionales, etc.,¹² las cuales sumadas a todos los factores anteriormente citados se constituyen en importantes desencadenadores del síndrome de burnout.¹³

• El Trabajo del Profesional de Enfermería en el Contexto de la UCI.

La enfermería es considerada como una de las profesiones que experimenta los mayores niveles de estrés dentro del hospital, en especial en el contexto de la UCI.¹¹ Los enfermeros intensivistas tienen un perfil diferenciado y sofisticado, son profesionales que dominan la tecnología dura, conviven con la variabilidad, son sumamente especializados y son capaces de tomar decisiones rápidas, y experimentan sentimientos contradictorios en el cotidiano de la práctica profesional.¹⁴ Los enfermeros ocupan la mayor fuerza laboral dentro del medio hospitalar, incluyendo la UCI,¹¹ con predominio de individuos de sexo femenino y jóvenes.^{7,11,13,15-21}

Por un lado, trabajar en la UCI produce sentimientos de placer^{4,7,22,14,23-24}  evidenciado por la posibilidad de contribuir en la recuperación del paciente grave, por la capacidad de pensamiento rápido ante las eventualidades, por la habilidad de manipulación de tecnología dura, por la necesidad de capacitación continua y por el reconocimiento (de los pacientes o familiares) por el trabajo realizado.^4,14  Por otro lado, este escenario también produce sentimientos negativos, generando sufrimiento, debido a la falta de reconocimiento de la organización laboral en relación al esfuerzo realizado, a la gran responsabilidad y elevada carga psicocognitiva desprendida en el cuidado de los pacientes graves,¹⁴ sobrecarga de trabajo, falta de material, el ruido tecnológico y los factores ergonómicos; que interfieren directamente en la salud (física y emocional) y en el desempeño profesional.^4,22,23-24

La UCI es un ambiente adecuado para el mantenimiento de la vida de pacientes clínicamente deteriorados, pero también es considerada un ambiente hostil, caracterizado por los cuidados invasivos. El proceso de trabajo cuidar en UCI es un fenómeno complejo que abarca aspectos relacionados con las relaciones personales y la comunicación entre los profesionales, pacientes y familiares, basados en la humanización y la calidad del cuidado. El equipo de enfermería precisa mantener la tranquilidad del ambiente y esforzarse para confortar al familiar en un momento difícil vivenciado por la enfermedad del paciente.²⁵

La tecnología dura es esencial en la asistencia al paciente crítico, permitiendo mayor control del cuadro clínico, así como ayuda a prevenir complicaciones y facilita el trabajo del equipo multiprofesional.²⁶ Los enfermeros son los responsables por el control de los parámetros ventilatórios  y hemodinámicos  de los pacientes conectados a los aparatos.²⁷ Factores como la ausencia de entrenamiento y la falta de mantenimiento preventivo de los aparatos aumentan el nivel de estrés de los enfermeros, debido al riesgo de errores y efectos adversos al paciente sobre sus cuidados.²⁶

El ruido tecnológico presente en la UCI se encuentra por encima de los niveles recomendados por las Normas Reglamentares (NR), convirtiéndose en un agente físico capaz de afectar la salud de los enfermeros, debido a factores como la proximidad y el tiempo de exposición, el exceso de estimulación psicosensorial (visual y sonoro) y a la exigencia de la tarea (requiere un estado permanente de alerta); factores que ayudan a aumentar la carga psíquica negativamente (cansancio, irritación, desgaste y estrés).²⁷

El proceso de muerte y la muerte están presentes en el cotidiano de la UCI, y produce impactos emocionales en el profesional y tiene connotación religiosa. Es parte de la asistencia de enfermería acompañar el dolor de la familia y compartir su sufrimiento.²⁸ Es importante para el enfermero, comprender  que la muerte es la solución al dolor, del sufrimiento y de la angustia del paciente grave y en fase terminal, solo así, se consigue proteger del sufrimiento psíquico decurrente de la pérdida del paciente sobre sus cuidados.⁹

Los enfermeros consideran que es más difícil lidiar con el proceso de muerte de pacientes jóvenes, por interrumpir abruptamente el ciclo de vida, que de lidiar con la muerte de pacientes adultos mayores, por ser la extinción de su sufrimiento. En este contexto, independientemente de los años de experiencia en la profesión, la peor tarea desempeñada por los enfermeros es la realización del preparo del cuerpo (pos-mortem), acción que exige una postura ética y una estructura psíquica, en la cual se encara a la muerte y, muchas veces, la visualización de la propia muerte.²⁸

• Factores Generadores de Estrés en Enfermeros de la UCI.

La UCI es un ambiente complejo, donde los enfermeros tienen una inmensa responsabilidad en las tareas y rutinas diarias que ejecutan, ayudando a elevar el nivel de ansiedad y tensión, sumándose el contacto íntimo con el dolor y el sufrimiento de pacientes y familiares.⁵ El estrés tiene repercusiones tanto a nivel individual como a nivel social y organizacional,^5,29 manifestado por absentismo, disminución de la motivación y satisfacción en el trabajo, aumento del número de accidentes de trabajo y aumento de errores en el desempeño.²⁹

Se observa que los factores intrínsecos del trabajo (hacer esfuerzo físico para cumplir el trabajo, realizar actividades más allá de la función ocupacional, falta de recursos humanos, trabajar en instalaciones físicas inadecuadas e insalubres, turno nocturno, más de un empleo, baja remuneración, falta de periodos mayores de descanso) y los papeles estresores de la carrera (hacer trabajo repetitivo, prestar asistencia al paciente crítico, impotencia delante de las tareas, relaciones interpersonales) son considerados las principales causas de estrés ocupacional en los enfermeros intensivistas,^11,13,29  sumado al poco tiempo de experiencia profesional. En este escenario, es necesario espacios físicos adecuados para las necesidades de los trabajadores, incentivos con mayor equidad y aumento del número de profesionales para disminuir la carga de trabajo.²⁹

Diversos estudios muestran que las actividades consideradas de mayor estrés por los enfermeros son realizar actividades con el mínimo de tiempo disponible, afrontar la muerte del paciente, atender a los familiares de los pacientes críticos, orientar a los familiares de los pacientes críticos, controlar la calidad del cuidado, nivel de ruido de la unidad, atender las necesidades de los familiares, realizar actividades burocráticas, coordinar las actividades, elaborar escala mensual de funcionarios, supervisar las actividades del equipo de enfermería, y elaborar informe mensual de la unidad.^16-19,30 Los enfermeros se encuentran en constante desequilibrio al realizar múltiples y variadas actividades generando desgaste físico e intelectual, que no es adecuadamente recompensado ni recuperado por circunstancias institucionales, profesionales, entre otras.¹²

El estrés puede estar relacionado con la calidad del sueño, es decir, cuanto mayor el nivel de estrés ocupacional de los enfermeros, peor es la calidad de sueño.³¹

Otro estudio mostró que 28.4% de los enfermeros intensivistas presentan cuadros depresivos. Factores como trabajar en el turno nocturno, trabajar doble jornada y ser divorciado o separado, se relacionan con el desenvolvimiento de los cuadros depresivos. Las manifestaciones como desánimo, tristeza y desesperanza prevalecen en los profesionales; condición que puede influenciar negativamente en la asistencia al paciente crítico.¹⁰

Se evidencia que solo una minoría de los enfermeros son usuarios de drogas psicotrópicas, y las más consumidas son el cloxazolam y diazepam, usadas sin el debido control (en la prescripción, administración y tiempo de uso). El desgaste físico y psíquico, las cobranzas del trabajo y de la familia pueden llevar al envolvimiento con sustancias pisiactivas por parte de los profesionales. La enfermería es una profesión que genera tensión, pero algunos tienes más predisposición al envolvimiento con estas sustancias que otros.³²

• Síndrome de Burnout en los Profesionales de Enfermería de la UCI.

La enfermería, por ser la mayor fuerza de trabajo dentro del hospital, experimenta situaciones estresantes experimentando algunos signos y síntomas que pueden predisponer el desenvolvimiento del síndrome de bunout,¹¹ trastorno adaptativo crónico que acomete trabajadores,^24,33 considerada como probable causa de la desmotivación y el absentismo laboral. Se percibe que los enfermeros intensivistas son los más acometidos por el burnout. ³³ Los factores vinculados con la organización, extra-organización y los individuales, son los causantes de burnout,¹¹ que se caracteriza por la presencia de tres dimensiones psíquicas: sufrimiento psíquico (cansancio emocional), despersonalización y baja realización profesional. ³³

Existe  baja prevalencia de burnout entre los enfermeros intensivista, pero una parte considerable presenta señales de alerta, indicando que algunos profesionales están experimentando sentimientos negativos como distanciamiento afectivo, impaciencia, ganas de abandonar el trabajo, irritabilidad, etc., que pueden llevar a la persona al auto-aislamiento aumentando más el sufrimiento psíquico, afectando negativamente al trabajador, al paciente y a la organización.^11,13,34-36

El desgate físico y emocional es resultado de las relaciones en el trabajo (trabajo en equipo, atender familiares de pacientes, así como un gran número de personas, incluyendo alumnos); ya la cultura organizacional (resolver imprevistos que ocurren en el local de trabajo, administrar o supervisar otras personas, plazo corto para cumplir órdenes) ocasiona ansiedad y sobrecarga laboral en los profesionales.^11,34,37

La organización del trabajo es considerada por los enfermeros como el principal factor de riesgo para desarrollo de burnout, así tenemos, las tareas repetitivas, la fiscalización del desempeño y el ritmo excesivo de trabajo.^20,38  Sumado al contacto continuo con el sufrimiento y la muerte, uso de tecnología sofisticada, y la complejidad del cuidado, pueden llevar a la insatisfacción y comprometer la calidad de vida en el trabajo, resultando con el pasar del tiempo, en el cansancio emocional.¹⁵  Las experiencias de trabajo, cuando positivas, contribuyen a enriquecer la identidad del individuo, maximizando el desarrollo de sus potencialidades, porque profesionales satisfechos con su ambiente laboral producen mejor y con mayor calidad, mejorando así, la calidad de la asistencia brindada a la comunidad.^37-38

Algunos estudios trazan el perfil epidemiológico del profesional de enfermería acometido por el síndrome de burnout, así tenemos:

• Técnico de enfermería de sexo femenino, entre 25 – 35 anos de edad, casado, sin hijos y con más de 5 años de profesión.³³
• Mujer de 38 años de edad, casada y/o en unión estable, con hijos, con 19 años de antigüedad en el servicio. ³⁹
• Enfermera entre 35 – 44 anos de edad, con contrato fijo, experiencia laboral mayor de 16 años, y con una antigüedad de 1 – 5 años en el servicio.⁴⁰
• Enfermeros con régimen de trabajo diarista, con 30 horas de carga laboral semanal, contratado, con experiencia menor de un año en la unidad y cargo administrativo.⁴¹

Se evidenció que la edad y la insatisfacción salarial se correlacionan con el cansancio laboral, así como, los profesionales jóvenes presentan mayor riesgo para desarrollar el síndrome de burnout. Los diferentes turnos de trabajo generan riesgos medios, pero las dosis de turnos nocturnos y horas de trabajo semanales contribuyen en el desarrollo de alteraciones físicas (gastritis y sobrepeso) y emocionales (tristeza, depresión, nerviosismo, ansiedad) en los profesionales.⁴²

 Consideraciones finales.

La enfermería convive con el estrés en su cotidiano dentro de la UCI, debido a exigencias de atención, competencia y dedicación constante del profesional en la realización de una gama de actividades especializadas y de alta complejidad. Los enfermeros ocupan la mayor fuerza laboral dentro del medio hospitalar, incluyendo la UCI. El equipo de profesionales de enfermería está conformado predominantemente por individuos de sexo femenino y jóvenes, en el auge de su fuerza productiva y reproductiva.

El enfermero intensivista tiene un perfil diferenciado y sofisticado, porque es el profesional que domina la tecnología dura, convive con la variabilidad, es sumamente especializado y es capaz de tomar decisiones rápidas, y experimenta sentimientos contradictorios (placer y sufrimiento) en el cotidiano de la práctica profesional. La UCI es un ambiente adecuado para el mantenimiento de la vida de pacientes clínicamente deteriorados, pero también es considerado un ambiente hostil, caracterizado por los cuidados invasivos, en este escenario, se generan procesos psíquicos (sufrimiento), pero también confiere valor y poder al enfermero para enfrentar las adversidades propias del trabajo y permite el desarrollo del individuo como profesional. Cuando los estresores superan los recursos adaptativos de los trabajadores, la exposición al estrés crónico lleva al desarrollo del síndrome de burnout, trastorno adaptativo crónico, caracterizado por cansancio emocional, despersonalización y baja realización profesional.

Existe baja prevalencia de burnout entre los enfermeros intensivistas, pero una parte considerable presenta señales de alerta, indicando que algunos profesionales están experimentando sentimiento negativos como distanciamiento afectivo, impaciencia, ganas de abandonar el trabajo, irritabilidad, etc., que pueden llevar a la persona al auto-aislamiento aumentando más el sufrimiento psíquico, afectando negativamente al trabajador, al paciente y a la organización. El cuidado físico y psíquico es responsabilidad directa del propio profesional e indirectamente de las personas y la institución que lo rodean.

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Autor: © Licenciada en Enfermeria Natalia Hegre G. (© 2015 – Prontuarioweb)

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